lunes, 12 de octubre de 2009

Cuestión de interés

Si algo he aprendido de más de una década trabajando para este mundillo es que los libros, para venderlos, hay que ponérselos en la nariz del comprador (y mentirles, pero eso es otra historia de la que ya hablaré otro día). Nada hace más para aumentar las ventas que ir comprando a golpe de talonario escaparates y expositores en los puntos de venta más importantes (grandes almacenes, cadenas de librerías, librerías reconocidas, ...) y bombardear al resto de puntos de venta con información, carteles, puntos de libro y comerciales pesados (que no tienen ni idea de lo que venden, todo sea dicho) para convencer al librero que el título X va a ser "el nuevo lo que haya vendido mucho estos años". Hay títulos que se salen esta categoría y que han funcionado por el boca a boca o por el apoyo de blogs, pero no os engañéis, son una minoría.
¿A qué viene todo este cuento por otra parte obvio? A que en Portugal han dado un paso más y han optado por lo que otros países (especialmente Estados Unidos) hacen para promocionar un título estrella, en este caso su edición de El nombre del viento de Patrick Rothfuss.
Quizás algunos aquí deberían tomar nota y dejarse de la técnica de los maletines...


2 comentarios:

JL dijo...

La primera regla del marketing es: todo el mundo odia el marketing.

Pero lo mismo se hace con películas, videojuegos y colonias. Mejor competir que quedar relegados a un segundo plano.

Ms. Delphine dijo...

Confieso que me leí Chocolat porque en la librería regalaban bombones como promoción.

Ha sido la única vez que he picado con algo del género romántico, pero es que con semejante marketing...

Anécdotas aparte, estoy totalmente a favor de promocionar las cosas. A estas alturas creo que ya está claro que muy pocos libros van a alcanzar ya no el estatus de best seller, sino una mínimas ventas si una gran mayoría de la gente no sabe que existen y no los tiene a mano.